Alemania 2019

Burdeos

Burdeos

Iniciamos nuestras vacaciones el sábado día 3 de agosto. Nuestro destino era la Alsacia Francesa y nuestro campo base en esta región fue Kaysersberg. Este bonito pueblo se encuentra a 1300 kilómetros de nuestra ciudad. Antes de llegar decidimos hacer un par de paradas para distribuir los kilómetros y no estar muchas horas de viaje. La primera parada la hicimos en Burdeos.

Teníamos por delante 450 kilómetros. Salimos de nuestra ciudad a las 8:30 de la mañana (todo un récord para nosotros, menudo madrugón). Antes de salir de España repostamos gasolina en Irún y luego una vez en Francia hicimos una pequeña parada para almorzar un poco y descargar aguas menores en las estupendas áreas de servicio francesas, que envidia, en nuestro país no tenemos nada de esto.

En años anteriores siempre que hemos pasado por Burdeos hemos tenido o visto en sentido contrario retenciones kilométricas y teníamos miedo por encontrarnos algo parecido. Este año no fue así, nuestro camping se encontraba a las afueras de la ciudad y el TomTom nos llevó sin problemas y sin ningún tipo de retención.

En Burdeos queríamos pasar un par de días, aunque conocíamos la ciudad de hace unos años nos dejó con mal sabor de boca por la huelga de recogida de basuras que en esas fechas había en la ciudad, estaba todo hecho un asco. El camping escogido por mi padre era el Beau Soleil. Unos días antes intentamos contactar con la recepción del camping por email y por teléfono para reservar, pero nos fue imposible contactar. No teníamos claro que hubiera plazas libres por ser un camping pequeño. Teníamos en la recamara el camping Village du Lac, que para reservar lo mínimo eran tres noches, pero era un camping con muchas más parcelas.

Los pensamientos de mi padre se hicieron realidad y al llegar al camping con ganas de descansar y comer nos encontramos en la entrada con el cartel “COMPLÉTE”, no sabemos mucho francés, pero la cosa estaba clara... Mi padre bajo y se acercó a recepción, pero estaba cerrada, era la hora de comer. Pues nada al otro camping. Cuando arrancamos el coche se nos acercó una mujer con delantal que era la dueña y nos dijo que tenía una parcela vacía por una anulación de última hora, que alegría. Nos instalamos y comimos a la sombra, hacia un calor asfixiante.

Unas semanas antes de salir de viaje mi padre compro un pingüino (aire acondicionado) para poner en casa y en la caravana en casos de calor. Pero en este viaje el pingüino se quedó en casa pues según los comentarios de mi padre en los próximos días no nos haría falta y por su peso y volumen no merecía la pena. Para el próximo año tenemos pensado poner una pequeña nevera de compresor (la nevera trivalente que tiene la caravana cuando hace mucho calor en el exterior, no funciona en condiciones y no enfría).

El camping era pequeño, unas 20 parcelas. Tenía un módulo mixto de 4 duchas y unos seis inodoros junto con los fregaderos. Todo muy limpio. Un camping de paso con los servicios justos para pasar noche y visitar la ciudad. Pasamos la tarde a la sombra descansando y mis padres fueron a un supermercado cercano a compra algunos víveres.

El día siguiente lo dedicamos a visitar Burdeos. Desde el camping, a unos 300 metros había una parada de bus que te acercaba a una parada de tranvía, el cual te dejaba en el centro. El precio del billete era de 1,70 euros y con él durante una hora podías coger varios autobuses o tranvías. Pasamos todo el día en la ciudad y no nos decepciono pese al calor que hacía.

Río Garona
Catedral de San Andrés
Burdeos
Puerta de Aquitania
Ópera Nacional de Burdeos
Monumento a los Girondinos